Me mandaron esta carta pública desde la tierra de Anzoátegui
De: José Ignacio
Sr. Antonio Barreto Sira
Presente.-
La persona a la cual me refiero (que es pariente cerquita de Ud.) está unida en matrimonio con alguien cuyo progenitor es responsable de tan aberrante daño patrimonial a mi familia que ni siquiera Ud. se imagina.
Ayer en horas de la mañana vi camionetas rústicas con vidrios oscuros similares a las que utilizan sus secuaces de Polifreites en labores de "investigación" así como en otras actividades especiales (protección y escolta a su señora esposa la Burgomaestre de Cantaura, etc.). Y reconozco esos vehículos porque; primero, en el pasado realicé muchos trabajos de inteligencia (labor en cubierta) cuando fui funcionario de la extinta DISIP, y segundo, algunos ex compañeros dirigieron la Policía Municipal del Municipio Autónomo Pedro María Freites, y en ciertas oportunidades uno de ellos me prestó apoyo cuando yo supervisaba la seguridad de una importante obra de PDVSA-GAS en esa jurisdicción. Posteriormente en horas de la noche vi pasar varias veces un mismo motorizado con un mismo parrillero y veían hacia mi residencia. Es lógico: Los funcionarios van primero a marcar el sitio, y seguidamente, ya contactados los sicarios para que hagan el trabajo les entregan la dirección y demás detalles como descripción mía, etc.
Estoy consciente de los riesgos que corremos mi familia y yo, y no nos vamos a amilanar. En toda guerra existen bajas, lo se, pero el objetivo de liquidarme no será tarea fácil, quizás caigan miembros vulnerables de mi familia, pero yo estoy entrenado y eso se lo puedo asegurar.
No se si se recuerda aquella vez que le entregué mi curriculum cuando Ud. aspiraba por primera vez a la Gobernación del Estado Anzoátegui (bajaba por las escaleras de la Torre Pelícano de Puerto La Cruz luego de salir de una emisora de su propiedad), y créame que veía en ese momento su triunfo por dado.
Lamento mucho que ahora descubro tal abuso de poder de quien fue electo Diputado para dizque representar al pueblo contra la tiranía, resultando formar parte de un círculo de inescrupulosos empresarios a quienes he hecho tambalear después de descubrir una serie de fechorías en detrimento no sólo de mi familia sino también en perjuicio del Estado Venezolano.
No creo que el cerco que me tienen pueda durar mucho tiempo, ni tampoco que cubra los 360 º de mi casa las 24 horas del día.
Intenté en vano resolver por una vía prudente el asunto. Lo intenté y se volvieron a burlar de mí.
Ojalá ese mismo coraje que tienen para tratar de silenciarme lo usaran en los tribunales de la república para demostrar su inocencia.
J.I.C.
